En 1985 sus padres construyen una cabaña con palitos de helado para ella y toda su familia.
Vivir en una casa de esa índole en medio del monte, la nieve, puede ser cuando menos peligroso para que aquellos que siempre nos dicen nos digan –Necesitamos psicólogo, necesitamos psiquiatra-. Necesitamos vivir una realidad incierta frente a las otras casas de cemento o de palo, de oro o de alpaca. Realidad incierta, precaria.
Pero si la casa se sostiene es probable que uno dude del oro, de la alpaca y del palo y adopte esos parámetros o llamémosle ese “estilo de abordaje para con la realidad, utilidad e interpretación de las cualidades de las cosas” como mecánica de trabajo.
Ahora bien, hagámosnos la idea de que alguien pone a funcionar o empieza a realizar varias acciones simultáneas con este estilo de abordaje y las pone a convivir dentro de un ecosistema en que cada una de las partes además de estar comprometida con su realidad depende de la influencia de las otras partes, es decir, mientras se empieza a construir la pared de palito de helado se pone a este en dependencia de que –hemos contratado un especialista para que empotre la caja fuerte - a su vez adentro habrá un corazón de gallina que esperamos que en el momento justo en que la pared se derrumbe la caja fuerte se abre.
Y lo hace en el lugar exacto y con tal suerte que se concreta el transplante de la abuela.
La abuela se levanta y dice que –Dios así lo quiso -aunque no lo necesite- pero dice eso entre otras cosas
–se expande como una mancha de tinta!
-Dios! Probablemente ahora viva por varias docenas de años!
–Necesitamos Sprite! –Necesitamos un hombre araña perfectamente capacitado para alcanzar a tomar la fotografía desde arriba del edificio poniendo su ojo de araña , su temple, su intuición de araña y que en medio de la tormenta de nieve ponga la lente sobre la parte emocionante. (–Aca donde está mi corazón de gallina.)

PACO
21 de septiembre de 2008